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Islam no es igual a terrorismo
 
Por: Víctor Antonio Gómez Gil Juárez

Abstract



 

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 el uso del término terrorismo en los medios de comunicación y en los discursos gubernamentales se ha vuelto cotidiano. Sin embargo, poco se ha ahondado en las características de este concepto, más aún, ha caído en diversas distorsiones y ambiguedades. 

 

En este ensayo, Víctor Gómez Gil nos señala la vinculación entre la religión y el terrorismo, más en específico, en el caso del Islam.  

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06 de noviembre de 2013




Imagen: Tomada de Jafria News, 2013. 

En los últimos años se ha visto un incremento considerable en la inseguridad causada por actores que pretenden desestabilizar a uno o varios países mediante acciones cuyo objetivo no sólo son las instituciones de gobierno si no también la sociedad civil. Es decir, que ha habido un aumento de acciones violentas que atentan contra la población y que son perpetrados por ciertos grupos que cargan una influencia aparentemente religiosa en extremo. El uso sistemático de actos extremadamente violentos para propagar el terror a alcanzado el grado doctrinal de terrorismo.
 
Primero, necesitamos dar una definición simple a esta palabra muy usada en la actualidad, pero muy poco entendida por la sociedad. El terrorismo es definido en su forma más simple como “el uso de violencia extrema con fines políticos”, pero debido a la expansión de su uso cada vez en una forma más violenta, el gobierno estadounidense ha declarado al terrorismo como “el uso calculado de una violencia que cause impacto y que se encuentre fuera de la ley en contra de no combatientes, incluyendo a civiles, militares que no se encuentren en servicio, personal de seguridad en situaciones pacíficas y cualquier objetivo simbólico que sea perpetrado por miembros clandestinos de algún grupo que promueva objetivos políticos o religiosos que pretendan intimidar o coaccionar a un gobierno o población civil para aceptar las demandas de los primeros.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Segundo, considerando las definiciones sobre terrorismo podemos encontrar que no sólo en años recientes sino desde muchas décadas atrás han existido y se han llevado acabo actos terroristas en todo el mundo. Sin embargo, ha sido desde la década de los años 90 que los medios de comunicación han generado la idea de que el terrorismo es perpetrado en su mayoría por grupos religiosos y pertenecientes a la religión musulmana, y han usado la idea de la yihad como arma para promocionar la peligrosidad del Medio Oriente. Este vocablo ha sido usado por Occidente como un medio para referirse a los musulmanes como una civilización violenta desde la época de las Cruzadas.
 
Aunque es cierto que la palabra yihad, que proviene de la raíz de la palabra jahada que significa guerra, es descrita por el Profeta Mahoma como una lucha interior que se enfrenta una persona de virtud y sumisión a Alá en todos los aspectos de la vida. En un segundo plano, el yihad busca la lucha contra la injusticia social, con el fin de desarrollar una sociedad que en por un lado sea justa hacía sus semejantes y por el otro luche de forma personal contra las situaciones que lo desvíen del camino recto hacia Dios.
 
Pero es en este punto donde muchos comenzaran a recordar que han sido grupos extremistas del Medio Oriente los que han llevado acabo actos terroristas como Al Qaeda hacia las Torres Gemelas en el 9/11, o los ataques con mísiles que Hamas ha perpetrado en contra de Israel apenas hace algunos años, siendo 2006 y 2007 los más activos. Es cuando necesitamos recordar que la humanidad ha usado el tema de la religión como la forma más fácil para encaminar a un grupo de personas hacía un objetivo aparentemente inalcanzable mediante el falso argumento de una voluntad divina. Así tenemos ejemplos de varios grupos, no solamente del Medio Oriente, que se han manejado de esta forma, y como ejemplo tenemos al Grupo de Sendero Luminoso (católico) en Perú, Las Cruzadas e incluso en un juicio muy personal, el Destino Manifiesto estadounidense que uso la supuesta voluntad divina como arma para justificar la expansión territorial, el asesinato y expulsión de grupos indígenas y novohispanos con el fin de la ocupación de un territorio.
 
Asimismo, dentro de un ejemplo en el Medio Oriente se puede considerar a Israel como un actor que ha usado un argumento providencial para la expansión de sus territorios. Aunque este manifiesto se encuentra a la vista de todos, es el desconocimiento de su simbología lo que le permite pasar desapercibido. Es el Estado de Israel una creación impulsada por el sionismo, que se define a sí mismo como un movimiento de liberación nacional cuyo objetivo es la libre determinación del pueblo judío. Pero que ha usado la idea de la Tierra Prometida, un símbolo religioso, como medio para promover la migración y colonización de un territorio que se encontraba previamente habitado por una sociedad milenaria. Los palestinos, quienes son expresados desde la Biblia como los filisteos, han habitado esa región del Levante desde antes de la diáspora judía. Otro de los símbolos que Israel utiliza como un medio psicológico que promueve la colonización se puede ver reflejado en su bandera, cuyas franjas azules ubicadas en la parte superior e inferior simbolizan a los ríos Nilo y Éufrates como los límites de su Tierra Prometida.
 
Tercero, se puede apreciar entonces que un acto terrorista trae consigo la promoción de objetivos políticos y territoriales de un grupo determinado y que puede usar a la religión como un medio para alcanzar sus fines. Estos actos no tienen que ser realizados forzosamente por algún grupo extremista si no también pueden ser causados por un gobierno. Aunque en los términos usados actualmente por el medio internacional se refieren a que el terrorismo es cometido por grupos extremistas, mientras que los Estados cometen terrorismo de Estado. Finalmente, es importante reconocer que no es el Islam una religión que por sí misma busque causar un daño a creyentes de cualquier religión, sino que la culpa realmente cae sobre cualquier grupo social sin importar raza, procedencia o creencia religiosa, que sea lo suficientemente popular como para encausar un objetivo expansionista, sea político, ideológico o territorial, mediante un argumento político o religioso.
 
 
 
 
 






 
 
 

 



 
 
 
Víctor Antonio Gómez Gil Juárez. Lic. en Relaciones Internacionales por la FCPyS-UNAM, con una estancia temporal becada en La Trobe University, de Melbourne, Australia por IDP Peace Scholarship Program. Además, cuenta con un diplomado sobre Medio Oriente por la Universidad Iberoamericana y otro sobre Derechos Humanos en el Islam por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
 
Actualmente estudia la Especialidad en Inteligencia para la Seguridad Nacional en el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Labora como profesor docente en el Centro de Estudios Superiores de la Escuela Mexicana de Turismo y da la cátedra de Medio Oriente en la Universidad del Valle de México Campus Cuernavaca. Cuenta con publicaciones y colaboraciones en diversos medios electrónicos.
 

El Aleph es un proyecto universitario de estudiantes y egresados de la UNAM, que mediante diversas herramientas multimedia debaten sobre los temas más relevantes del acontecer internacional.

 

"El lugar donde caben todos los lugares"

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