Desde la última semana del año 2011 se ha visto en la televisión y prensa una cadena de noticias que reflejan la visible intención israelí de que se suscite un ataque en contra de la República Islámica de Irán. Su argumento no habla de una mediación diplomática, ni de un aumento de sanciones económicas, sino de acciones fuertes y con la amenaza de hacerlo por ellos mismos si otros (Estados Unidos) no se deciden a tomar la iniciativa. 

 

El Mossad, cuerpo de inteligencia israelí, se encuentra seguro de que Irán está a punto de poseer armas nucleares, siguiendo su argumento junto con el del Secretario de Relaciones Exteriores de Alemania Guido Westerwelle, un Irán con bomba atómica podría significar el fin del mundo entero. Debemos de recordar un contratiempo en el argumento, una minuciosidad de la que nadie habla en los medios de comunicación, Israel posee armas nucleares y no pertenece al Tratado de No Proliferación (TNP) e Irán sí.

Pero la pregunta clave es saber que gana Israel con que se realice una guerra al país persa, y la respuesta se encuentra en su vecindario. Es bien sabido que Irán ha financiado a grupos extremistas y políticos en el Medio Oriente, por ejemplo Hizbollah que nació en 1983 como respuesta a la invasión estadounidense, Hamas es financiado para continuar la lucha por el Estado de Palestina. Estos dos actores, por otro lado, significan un problema para Israel. En los últimos años, Israel ha tenido que “ceder territorio ocupado” tanto a libaneses como palestinos, hechos que han sido señalados como intenciones de llegar a un proceso de paz o por “humanidad”.

Realmente, sí Israel se ha salido de ciertos territorios como Los Altos del Golán en Líbano y ceder una administración política de Hamas en Gaza y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania se debe más a la presión psicológica ocasionada por un constante estado de tensión a una vía de retomar la relación pacífica con sus vecinos. Es necesario considerar que el Estado de Israel, de pensamiento sionista, tiene como objetivo mesiánico la reconquista de los territorios que pertenecían al Reino de Israel, los cuales se ubican hipotéticamente entre los ríos Nilo y Éufrates.
 

Asimismo, Irán es posiblemente de los pocos países musulmanes del Medio Oriente que realmente está a favor de la creación de un Estado Palestino, lo cual no significa que Israel no deba de existir, simplemente que se respeten los territorios palestinos y deje de existir una ocupación ilegitima por parte de Israel. Debido a que algunos países de la zona han firmado tratados de paz con Israel después de las funestas guerras árabes como Jordania y Egipto o por presión de un aliado en común como Estados Unidos, Arabia Saudita ha dejado de agredir a Israel, aunque no se haya firmado un acuerdo de paz.
 

Un ataque en contra de Irán, con el “objetivo primario” de garantizar la seguridad internacional, es posiblemente el argumento más risorio jamás escuchado en una región donde Israel el único país que se creo a sí mismo a costa de la expulsión territorial de otra gente. Un país que ha sido victima de tortura y que actualmente utiliza las mismas herramientas para expandir su dominio territorial y mantener un programa nuclear sin regulaciones internacionales, debería resultarnos más peligroso.

 

Tomando en cuenta que las sanciones en contra de Irán no han detenido su programa nuclear, por eso es necesario atacarlos para prevenir un posible desarrollo de armas nucleares. A la par de las amenazas del régimen iraní sobre cerrar el Estrecho de Ormuz, vía por donde cruza el 60% del petróleo mundial es bluf. Además, el New York Times ha reportado recientemente que líderes israelíes, basados en estimaciones de inteligencia y estudios académicos, creen que un ataque de su país contra instalaciones nucleares iraníes no produciría eventos catastróficos como una guerra regional, atentados generalizados por parte de militantes ni alzas masivas de los precios del petróleo.

Tenemos que analizar lo que pasaría en un escenario donde Israel, de acuerdo con las declaraciones del Secretario de Defensa estadounidense León Panetta quien ve probable un bombardeo israelí sobre las instalaciones nucleares iraníes durante la primavera. Derivaría en una respuesta iraní dirigida en tres vertientes, en la primera, Irán podría adoptar una serie de medidas militares para detener a Israel antes de perpetrar el ataque, pero si este llegase a suceder satisfactoriamente, el país persa estaría llevando a cabo una guerra abierta en contra de Israel. Lo cual no supone un ataque convencional con su ejército, sino el permiso para que células libanesas y palestinas que han sido financiados suelten un ataque masivo en contra de Israel, autos bombas y demás ataques cuyo objetivo sean los ciudadanos comunes.

La segunda vertiente, podría significar, ante la inminente ayuda de Estados Unidos, un ataque masivo con torpedos y mísiles en contra de los portaaviones y buques estadounidenses ubicados en el Golfo Pérsico. En este punto cabe señalar, que aunque la tecnología estadounidense es superior y podría fácilmente derribar los misiles iraníes, nos encontramos ante el punto que Estados Unidos se encuentra muy lejos de casa, por lo que Irán tiene la ventaja de la producción nacional y el envió de misiles y torpedos continuos. Además, que en estos ataques Irán podría impedir el tránsito de buques por el Golfo Pérsico, ya sea reteniéndolos u atacándolos. Y seguramente, esta ofensiva iraní también se vería dirigida hacia los reinos árabes, quienes serían calificados como colaboradores de Estados Unidos al brindar un terreno firme para las tropas estadounidenses.

Entonces, un ataque iraní no sobre los reinos árabes, por ejemplo sobre Emiratos Árabes Unidos, podría fácilmente dañar la economía del país que sobrevive gracias a Dubái. Evidentemente los demás ataques podrían tener como objetivo algunos de los pozos saudí árabes, qataríes o kuwaitíes, provocando un alza al costo de barril de petróleo que superara los 150 dólares. Y finalmente, la tercer vertiente podría significar la denuncia sobre el TNP, es decir, que dejaría de ser parte del Tratado, por lo que las sanciones dejarían de tener efecto sobre el país.

Las sanciones actuales se manejan sobre el argumento de que Irán no está obedeciendo los lineamientos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y del TNP, si Irán se sale de ambos, las sanciones dejarían de tener efecto y entonces ante la amenaza sufrida, sí podría dedicarse a la producción de un arma nuclear. Es por ello que la importancia de continuar sobre la mesa de diálogo y las peticiones de Obama sobre el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu deben de ser continuas, pues como ha expuesto el Dr. Farhang Jahanpour de la Facultad de Estudios Orientales de la Universidad de Oxford, "Si los israelíes piensan que pueden atacar a Irán y permanecer inmunes, ellos están viviendo en el paraíso de los tontos".